¡Fin de año!

Estos días son de fiesta, celebraciones y relax. Son los días de ir descendiendo en la vorágine que nos da un año entero de vida y trabajo. En este año pasó de todo. Al igual que otros. Subió el petróleo a us 140 y ahora está a 40. Hay un hombre de color en la Casa Blanca ¿que curiosa contradicción histórica, verdad? Hay una crisis globalizada que aún no se sabe su alcance. La naturaleza da signos de que estamos en un límite sin retorno cierto. Y todo lo que ud ya sabe y lo que no, porque no quiso o no quiere saberlo.

Esta es época de análisis y repasos y también de encuentros. Me quiero referir a esto último. Pareciera que conservamos nuestra memoria genética de abuelos y padres inmigrantes. Les mandamos nuestros hijos –compatriotas – a caminar por el mundo. Desde allí muchos nos escriben y sueñan con los meses por delante, para este reencuentro. Este es el momento. Estas fechas marcan que en muchos hogares regresará la alegría de dar la bienvenida a sus gentes y los abrazos y las lágrimas correrán por sus rostros… quién no tiene alguien fuera del paisito! Quién no tiene un hermano, un hijo, un cuñado o un padre o madre fuera y lejos… estos son días pues, de olvidar las penurias y zozobras para abrazar… para abrazar muy, muy fuerte, a nuestros seres queridos y soñar ya despiertos el estar juntos nuevamente.

Ya las razones de las partidas no importan, quedan atrás se pierden en la emoción y en la alegría del regreso. Nada importa ya, de dejar los sueños por vivir el presente y realidad y poder disfrutar a pleno con lo más sagrado que es la familia y nuestros seres queridos.

Estas últimas letras del año, van para esas gentes. Van para los que estan lejos y añoran y ya cuentan las horas, con el retorno. Se que a algunos de ellos los veremos por aquí, hasta aquí llegan los tentáculos de la distancia para hacer más cercana la presencia de los sueños. Es hora también, que meditemos nuestras vidas y promesas hechas que quedan por cumplir. Tratemos que el esfuerzo realizado ayude a los demás para hacer una colectividad mas justa y que ayude a los que están fuera, para que puedan regresar y que esta alegría de hoy, sea permanente. Empujemos –verdaderamente – cada uno un poquito más, por nosotros y los demás… hagamos un esfuerzo más, siempre hay lugar para un poco más… fabriquemos realidades concretas y hagámosla posible. Estas fechas de alegría, también de penas, puede ser buen momento para iniciarlas.

Que éstas palabras, también lleguen a los que aún no pueden estar juntos… y alargan los sueños en la espera; levantar por ellos una plegaria y deseo que cuanto antes puedan, también regresar. Les deseo lo mejor, pero esto se logra –no lo olvidemos– tratando de ser mejores, no lo hagamos solo con palabritas, ayudemos con hechos, copiar los buenos actos, es una cuenta pendiente… que se salda día a día…

Un abrazo para todos y que todo –como decía nuestro Arthur García Núñez (Wimpi) – sea para bien. ¡Salud!

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