Golondrinas

Golondrinas

Golondrinas

Llegó el otoño, se fue el verano, al igual que las golondrinas que estaban anidando en el alero de casa, junto a la puerta en el balcón. Allí estaban ellas, entrando a los huecos que dejan los palos del techo y todas las mañanas docenas de ellas salían a danzar y mientras desayunaban los mosquitos que criaba la laguna.

Las vi también en el pueblo, antes de partir en los cables de la luz, allí se congregan para el gran viaje, aquí en el monte anduvieron cazando abundante ya que necesitan alimentarse bien, para su vuelo sin parar de hasta 4 días, momento en que bajan y se vuelven a alimentar.

Los siberianos dicen que la golondrina es de buen augurio en las casas. Allí dicen que fue una golondrina que llevo el fuego a aquellas gentes. Durante la huida su cola fue partida por una flecha del guardián del fuego y es por eso que las golondrinas tienen la cola partida en dos. Cuando llegan hacen una fiesta y los habitantes le hacen una casita para ver si se quedan y le traen un buen año.

En Europa se creía que ellas hibernaban en los océanos, cosa que después se descartó por absurda ya que desde Aristóteles se tejieron infinidad de creencia de estos hermosos pajaritos – que parecen negros pero en realidad son azules en su lomo- y hay cuentos que se metían en el barro y desaparecían. Esa creencia fue porque se las dejaban de ver en el invierno, más tarde se supo que ellas viajan de allí al África al sur en época de calor en ese continente. Viajan entre ida y vuelta más de 15 mil kilómetros y se las conocen en los 5 continentes. Hay muchas especies, docenas de ellas, las más  conocidas son las que andan por estos lugares: Irundo Rústica.

Un dato interesante, una golondrina antes de la partida puede comer hasta 20 gramos de mosquitos, una lástima que no permanezcan en estos días así podían ayudar en mitigar la invasión de estos molestos insectos. Estos simpáticos animalitos voladores responden a la costumbre llamada filopatria, es decir, el instinto de volver una y otra vez al lugar donde nacieron. Regresan hasta el final de sus días, una vida promedio de una golondrina es de 5 años.

Desde el accidente de la Central Atómica de Chernóbil, Ucrania ex Unión Soviética, que en abril se cumplirán 24 años, nunca más regresaron las golondrinas. Se especula que esa generación contaminada murió y ninguna más de ellas pudo regresar a esas tierras, es por ello que científicos estudian estas aves, en su sentido migratorio, con una interesante memoria del lugar a la que pertenecen. Es lógico pensar, pues, que de ese sitio nadie quedó para regresar.

Las golondrinas de estas zonas, se trasladan al  Este de Estados Unidos, California, es por ello que ellas regresan en miles de bandadas del sur del continente americano. En realidad esta especie se conoce desde Alaska hasta el fin de nuestro Continente americano, su corredor aéreo es el Pacífico, ya que las ayudas las mejores corrientes de vientos. Nótese algo, las del sur del sud-americano se trasladas hacia el calor del norte en nuestro continente. Mientras que las del continente Africano, regresan al calor del continente Europeo. Es  notorio que ellas vuelan sobre las costas y entran al continente solo a alimentarse.

La forma de las alas las hace trasladarse en forma veloz. Viajan más de 400 kilómetros por días dice viajan a mas de 70 kilómetros por hora, aprovechando los vientos. Sus alas sirven para el vuelo, el aire pasa a través de ellas y hacen del equilibrio necesario, algo similar de lo que ocurre en la aviación para que un aparato pueda volar. (el equilibrio del aire que se adquiere bajo las alas) Pesan promedio 45 gramos y miden 12 centímetros.

El refrán “una sola golondrina no anuncia al verano” está basado en la autentica observación de la aves, cuando las golondrinas  comienzan su regreso de sus cuarteles –para nosotros de invierno- a mediados de setiembre y octubre se presentan al principio de una en una, hasta bien entrado el mes de Noviembre regresa el grueso, allí bien puede decirse que comienza el verano. Por ende las partidas son iguales, salen en tandas y así llegan a los lugares donde anidan.

De ellas en casa, quedan solo los excrementos que tendré que sacar pronto. Los pichones aquí nacidos volaron con sus padres, regresaran en la próxima primavera, ya más grandes y con sus parejas, prontas para procrear. Un casal pone entre 4 a 6 huevos y la golondrina hembra los incuba en 15días, su padre se encarga de su alimento. Mi casa y los aleros las estarán esperando, los mosquitos, las libélulas y las moscas también… y cuando regresen nos daremos cuenta que otro año pasó, ellas estarán allí, como siempre en una cita natural, nosotros aquí, también…para disfrutarlas y ahorrar en insecticidas. Salud!

GOLONDRINA

Volverán las oscuras golondrinas
de tu balcón sus nidos a colgar
y otra vez con el ala
a tus cristales jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres… esas…
¡no volverán!


Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas


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